¡Cómo me gusta diciembre! Desde que era una niña vivo el último mes del año con una intensidad especial. Los gorros y las bufandas son un imprescindible en mi armario y ya hace el fresquito suficiente para lucirlos; me encanta perderme por las calles de Zaragoza, escuchar villancicos y recorrer los mercadillos navideños; decorar la casa con todo lujo de detalles y disfrutar de mi familia más de lo que acostumbro.
Me confieso laminera empedernida y tal vez por eso también me gusta tanto este mes. La Navidad es la mejor época para endulzar el estómago y yo soy de las que siempre dejan hueco para el postre. Más allá de turrones y polvorones, hay un dulce típico que cada vez que lo pruebo me transporta a los desayunos en casa de mis padres con un café calentito.
No es otro que el panettone, y si me tengo que quedar con uno sería el de Bakery&Cakes. Iván Alba es el maestro pastelero que lo elabora y él mismo me ha explicado el cariño que hay que poner para lograr esa esponjosidad que lo caracteriza.
Se trata de un producto muy delicado que parte de una masa madre y sigue tres fermentaciones diferentes. Su gran tamaño, de casi 800 gramos, hace que los pasteleros tengan mucho cuidado para que, al sacarlo del horno, no se caiga y pueda perder su tradicional forma abombada.
Como ya es una seña de identidad de Bakery&Cakes, el panettone tampoco contiene grasas trans. ¿Y qué es lo que hace que sepa tan rico? Pues sus ingredientes, cien por cien naturales: mantequilla, yema de huevo, chocolate 70% de cacao, naranja confitada, miel de cerezo y ralladura de naranja.
Seguro que las que seáis lamineras como yo ya lo habéis probado alguna vez, pero este año tiene una novedad. Se trata de un glaseado que lo cubre, elaborado con cacao, clara de huevo y azúcar en polvo… Mmmm… ¡Tenéis que probarlo! Esta nueva capa no solo lo embellece, sino que le proporciona un crujiente en boca a la hora de comerlo que intensifica la “experiencia-panettone” de Bakery&Cakes.
Para demostrar que no es un dulce corriente, su maestro pastelero me ha desvelado que en 15 horas solo pueden elaborar 40 unidades, debido a su complejidad. También sé que, tras pasar 10 horas de enfriado, aguanta en su envoltorio… ¡hasta dos meses! ¡No os quedéis sin probarlo esta Navidad!